enero 10, 2020
Se nos da muy fácil el hábito de querer compararnos con el éxito de otras personas, que son mejores, más bonitos, más felices, o perfectos. Incluso puede ir más allá, también comparamos a nuestros hijos, nuestros esposos, nuestros emprendimientos y todo lo que nos rodea.
Ahora en el mundo de las redes sociales, donde las vidas de muchos están tan expuestas, es aún más difícil no hacerlo. Por eso más que nunca tenemos que estar conscientes del impacto que tiene en nuestras vidas hacerlo.
Compararnos afecta directamente nuestra emocionalidad, nos genera estrés, ansiedad, incluso hasta depresión. Nos roba tiempo y felicidad. Afecta tu motivación. Pero lo más importante te desenfoca de lograr tus propios objetivos y metas.
Si estás pendiente de lo que hacen los demás, ¿cómo puedes enfocarte en trabajar en tu propio proceso, en tus propias metas y recorrer tu propio camino?
Tan sólo tienes que entender que tu camino es tuyo y solo tuyo por recorrer. Que mirando hacia fuera sólo estás dejando de disfrutar y ver todas las cosas buenas que hay en el tuyo.
¿Entonces que podemos hacer? ¿Cómo podemos dejar este hábito de compararnos?
Aquí les comparto 4 pasos que te ayudarán a alejarte de este hábito.
La mayoría de las veces ni nos damos cuenta que nos estamos comparando, nos sale natural.
Así que el primer paso es ser consciente cuando sucede – y estar atenta cuando pase. Si te concentras en identificar estos pensamientos durante varios días, con la práctica, será muy difícil no notarlos.
Una vez que te das cuenta de que estás haciendo estas comparaciones, date una pausa. No seas dura contigo misma o te sientas mal – sólo reconoce el pensamiento, y gentilmente cambia el enfoque.
Date cuenta que compararte siempre será injusto para ti, porque en realidad no existe un punto de comparación.
¡No tiene sentido!
Muchas veces estarás comparando tu capitulo 1 con en el capítulo 20 de otra persona.
O estás comparando tu mal día con el buen día de otro.
O tus fracasos (que esta allí para que aprendas algo) con el éxito de otro.
O tus áreas de mejora (que todos tenemos) con las fortalezas de otro.
O una vida superficial o la cáscara o la pantalla, sin saber que es lo que en realidad hay por dentro.
¡La perfección no existe! Nada ni nadie es perfecto – mentalmente todos lo sabemos pero emocionalmente nos sentimos mal cuando no lo somos.
Claro, siempre hay que perseguir ser mejor cada día. Pero si lo miras de otra manera, esa imperfección es lo que te hace quien eres, y eso ya te hace genial.
No te concentres en evaluarte o clasificarte comparándote con otros – la vida no es una competencia. Es un viaje. Todos estamos en este viaje, para encontrar algo, para convertirnos en algo, para aprender, para crear.
Dirige tu enfoque en todas las cosas buenas que hay en tu vida. Cuenta lo que tienes, no lo que no, y da las gracias por eso.
En lugar de mirar tus debilidades, pregúntate cuáles son sus fortalezas. ¡ y Celébralas! Siéntete orgullosa de ellas. Sólo así podrás trabajar para explotarlas y usarlas como tu mayor ventaja y elemento diferenciador.
Debemos esforzarnos por ser las mejores versiones posibles de nosotros mismos, no sólo para nosotros, sino para el beneficio de las personas que más queremos y del mundo. Comprométete a crecer un poco más cada día. Y aprende a celebrar los pequeños avances que estás haciendo sin compararlos con los demás.
Si, comparar nuestras vidas con la otros no tiene sentido, pero encontrar inspiración y aprender de los demás es completamente inteligente. ¡ES MUY DIFERENTE!
Busca inspirarte por el éxito de los otros, sin sentirte mal o derrotada.
Con tantos efectos negativos que hay en compararte, es una pena que caigamos en este hábito que lo único que hace es hacernos daño. Pero es algo real que nos pasa a la mayoría y no te sientas mal por sentirlo.
Lo bueno es, se puede cambiar. Y la libertad y los beneficios en comparar menos ¡vale la pena el esfuerzo! No te vas a arrepentir. Haz la prueba y coméntame como te fue. =)
Si te gustó y te pareció útil ¡comparte!
¡Un abrazo!
Kari
Los comentarios se aprobarán antes de mostrarse.
octubre 15, 2021
octubre 13, 2021
Hola, soy Kari Petrovich y esto es Valienta: un espacio para que creemos juntas nuestra versión más poderosa. Bueno, llegamos al episodio 8 de Valienta y hoy quiero hablarles del miedo. El episodio de hoy sería una continuación o la parte II de mi primer episodio de Valienta sobre los miedos y qué hacer con ellos.
septiembre 24, 2021